domingo, 15 de mayo de 2011

Las implicaciones éticas de la crisis ecológica global

Las implicaciones éticas de la crisis ecológica global

La situación ecológica del planeta ocupa los primeros renglones del listado de problemas que debe comenzar a franquear la humanidad al amanecer del nuevo milenio. Oleadas de profesionales de áreas técnicas y biológicas han venido aportando elementos para tal fin, pero la premura de soluciones exige políticas ambientales sostenibles no solo para ecosistemas sino también para colectivos humanos. Teniendo en cuenta que lo ambiental se constituye en un problema social, económico y político, el conocimiento científico del mundo sociales, más que nunca, ineludible. No obstante, el quehacer del profesional de las ciencias sociales no ha sido reconocido en cantidad de instancias donde se toman determinaciones sobre asuntos ambientales, en los cuales, después de los recursos naturales, el componente social ocupa, en el mejor de los casos, un segundo o tercer renglón. Los científicos sociales tienen bastante para explorar y contribuir en aspectos relacionados con lo ecológico, por lo cual se exigen profesionales preparados mas allá de las fronteras de su propia rama. Dada la difícil situación ecológica del planeta, y tomando lo social como un componente de lo ambiental, se esbozaran algunos aspectos generales del quehacer de los científicos sociales en la gestión ambiental, como también los desafíos, limitantes y las potenciales áreas de acción al respecto.
Las problemáticas ecológicas a las cuales se enfrenta la humanidad, han hecho que se comiencen a aunar esfuerzos para conservar las áreas naturales que aún quedan, e intentar regular al máximo los efectos de la intervención del hombre sobre el medio, buscando así saldar la "deuda ecológica" que se ha contraído con una biosfera que resulto seriamente maltratada por la noción que, desde la revolución industrial, se ha tenido de desarrollo y progreso.
Desde el siglo pasado, el desmedido e irracional aprovechamiento del espacio y de los recursos naturales condujo a su agotamiento y a la degradación del medio ambiente en general. En este siglo, en la década de los setenta, el desequilibrio ecológico dejó de ser latente y se percato la humanidad de que, contrarío a lo que se creía, la tierra no podía reponerse tan fácilmente de la vertiginosa degradación, ni mucho menos era una despensa infinita de recursos. Hoy día, el agotamiento de los mismos amenaza las mínimas condiciones de vida para el hombre en algunas zonas del globo.
Así pues, la situación ecológica del planeta ocupa los primeros renglones del listado de problemas que debe comenzar a franquear la humanidad al amanecer del nuevo milenio. El clamor ambientalista que mundialmente se difunde hoy, día ha robado la atención de comunidades, gobiernos, ONGs y el sector privado. La cuestión ambiental se constituye en una importante plaza de vinculación de profesionales de todas las áreas del conocimiento. Se estima que para el año 2000 el ámbito de lo ambiental habrá incorporado aproximadamente 450.000 profesionales más de las que laboraban en el ramo tan solo en 1995 1.
En este panorama, el propósito de las siguientes líneas es enumerar algunos aspectos generales del papel que tienen las ciencias sociales en materia ambiental, puesto que estamos en un momento en el cual sociólogos, economistas, antropólogos, entre muchos otros, tienen bastante para explorar y contribuir en aspectos relacionados con lo ecológico dada su intrínseca relación con lo social. Ello es un interesante reto para dichas áreas del conocimiento, puesto que se exigen profesionales integrales que estén preparados mas allá de las fronteras de su propia rama.

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